martes, 30 de diciembre de 2008

¿Cómo dice...? (VIII)

A pesar de todo, no debemos terminar este 2008 -que Dios o el diablo se lleven donde no haya forma de volver a encontrarlo- con el careto de cartón con el que la crisis ha tenido a bien transformar nuestro semblante.
Permítanme un par de pinceladas en forma de coz a nuestro maltrecho diccionario.

1- Enciendo la tele, al azar, cualquier botón, cualquier cadena. Encuentro uno de los quinientos concursos que, emulando al baboso y cansino, pero exitoso OT, pretende lanzar supuestos nuevos valores (que, dicho sea de paso, vienen a tener el talento allí donde el sol no alumbra). Pues bien, la cosa está reñida entre dos concursantes. Tanto, que la clasificación ha de resolverse mediante el voto de calidad del que hace las veces de presidente del jurado. Éste, por fin, se decanta por uno de ellos. Sollozos, lágrimas, agradecimientos y tal. En fin, el programa parece terminar, pero antes, el presentador cree necesario aludir al emocionante duelo final: " ... sólo el voto del presidente ha declinado la balanza...". Y claro, yo me imagino al presidente votando:

Balanza
Balanza
Balanzam
Balanzae
Balanzae
Balanza

Balanzae
Balanzae
Balanzas
Balanzarum
Balancis
Balancis

Para que luego pongan en entredicho el contenido cultural de los concursos.

2- Otra de reporteros-en-directo-para-programa-de-tele-local. De verdad que esto da para escribir una enciclopedia y para llenar las oficinas de empleo de plumillas ineptos.

Madrid Directo, una tarde de otoño. Se conecta en directo con una reporterita muy mona, desde Navacerrada, donde ha caído una nevada tan intensa como inesperada. La pobre chica, guantes polares, gorro siberiano calado hasta los ojos y ventisca de fondo, nos cuenta las dificultades que han encontrado los automovilistas para subir el puerto. Incluso el coche de la tele se ha visto en apuros para llegar: "Hemos tenido muchos problemas, menos mal que hemos subido de manera muy despacita". Pobre hija, después de tanta vicisitud, le deseé de corazón que pudiera bajar de modo más deprisito.

Feliz año a todos (¿o debería decir a todos y a todas?).

lunes, 22 de diciembre de 2008

Los niños de Dickens no han muerto

Mediados de diciembre, casi las nueve de una noche criminal, descaradamente adelantada a un invierno que se presume crudo. Ella sale del hipermercado empujando el carro de la compra hacia el aparcamiento exterior. En un extremo de la explanada, un par de zagales de no más de siete años, juguetean alrededor de unos contenedores. Cuando ven que ella abre el coche para guardar la compra, se le acercan corriendo. Visten unos chándals que alguna vez debieron de ser nuevos y unas zapatillas deportivas que sin duda conocieron tiempos mejores. Nada más.

-Señora, señora, ¿nos das una galleta? -piden en una lengua que quiere parecerse al español.
Ella se queda de una pieza ante las caritas de los niños, y cae en la cuenta de que no jugaban en los contenedores.
-Pues es que no llevo galletas, hijos.
-Pues otra cosa.
Les vuelve a mirar a los ojos, y echa mano a un bolsón de madalenas.
-¿Os gusta esto?
No le da tiempo a decir nada más: los chiquillos se la arrebatan de las manos, dicen algo parecido a "gracias, señora", y escapan corriendo y riendo como alma que lleva el diablo.

Ella es mi mujer. Llegó a casa unos minutos después y me lo contó. Hacía frío, traía el cuerpo encogido. Y el corazón también.

viernes, 12 de diciembre de 2008

De diarreas e incontinencias

No teman ustedes, no es que me haya sobrevenido un repentino acceso de redacción escatológica, aunque, dadas las circunstancias que nos rodean, tampoco sería de extrañar. Tomemos el título, pues, en sentido metafórico.

Sabido es que nos movemos en un mundo de excesos, en el que lo peor no son tanto los excesos en sí mismos como su banalización, hasta el punto de incorporarlos a la vida cotidiana dándoles una inquietante pátina de normalidad. Todo vale, no pasa nada, cualquier declaración, acto o conducta se justifica bajo el amparo de la libertad de expresión, de la inmunidad parlamentaria, de la interpretación interesada o del poder económico y su influencia. O del artículo 33. Y por si todo esto falla, siempre queda el recurso de la tibia rectificación, por la que el autor de un dicho o un hecho reprobables, no sólo queda eximido de toda responsabilidad, sino que se le suele subir a los altares por la humildad y la grandeza de espíritu que representa una supuesta retractación pública.
-Manolo, llámale hijoputa a ése, y si ves que se te echan encima, dices que era algo coloquial, que no había ánimo de ofensa, que se han sacado tus palabras de contexto.

Pedro Castro llama tontos de los cojones a los diez millones que no votan a la izquierda. Un calentón verbal, claro. Medio minuto de reflexión previa le habría hecho caer en la cuenta de que la condición de tonto de los cojones no es patrimonio de izquierdas ni derechas sino más bien un adjetivo inherente a un buen número de indivíduos, con independencia de sus simpatías políticas, algunos de los cuales incluso pueden llegar a ocupar altos cargos municipales.

Joan Tardà, el más insigne parlamentario después de Emilio Castelar, en un brillante alarde de locuacidad, se permite gritar "muerte al Borbón" en un mitin. Vamos, vamos, cómo se puede pensar que desea mal alguno al rey. Estaba aludiendo a una vieja consigna que se decía illo tempore, referida a Felipe V. Y si no, ahí está mamá Bono para dar la carita por él. Mejor será no echar leña al fuego, no sea que el Sr. Tardà nos ponga una querella por calumnias o por atentar contra su honor.

Santos Mirasierra, paradigma de la noble hinchada del Olympique de Marsella, es acusado, juzgado y condenado por un tribunal de esta España fascista, por la nimiedad de agredir a un policía y arrearle un sillazo a otro durante el partido que enfrentaba a su equipo con el At. de Madrid en el Vicente Calderón. Tres años de cárcel. Revisada la causa inmediatamente por aquello de las consecuencias en el partido de vuelta, parece que el inocente aficionado tan solo le daba una palmadita en la espalda al primer policía, y en cuanto al segundo, lo que realmente hacía era ofrecerle su propia silla para que estuviera más cómodo. Nada, nada, seis mil euros de fianza y a casita en jet privado con catering vip a cargo de la dirección de su equipo. Se rumorea que va a recibir en breve la medalla de oro y brillantes del club, al tiempo que se le propondrá para futuro presidente de la UEFA.

Manuel Fraga, preguntado en un acto reciente acerca del peso de los partidos nacionalistas en la escena política actual, afirma que para ponderar su peso habría que colgarlos de algún sitio. Los discípulos del dinosaurio fundador -que debería llevar más de veinte años disfrutando de una digna jubilación- se tragan el sapo y oponen, cómo no, el sentido metafórico de la expresión. Lo que sí hay que reconocer es la oportunidad del hecho, ya que lo protagoniza uno de los "padres" de la Constitución y justo cuando se cumplen treinta años de su promulgación. Ante determinadas paternidades surge la duda de si no sería mejor acogerse a cualquier suerte de orfandad.

Y releído el texto, me van a permitir ustedes que deje de escribir, porque -no sé si será diarrea o incontinencia-, tengo verdadera urgencia de ir al baño.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Regreso...?

A veces hay silencios tajantes, inesperados, injustificados, que más parecen espantadas, fugas, cerrojazos. No son deliberados, y sin embargo se producen. Así, porque sí.
Puede que esta entrada sea un regreso, qué sé yo. En cualquier caso, quiero aprovecharla para agradecer a quienes alguna vez me han hecho el honor de entrar en mi cuaderno, su interés por mí, a pesar de esa espantada tan poco elegante.
Gracias sinceras.

martes, 22 de julio de 2008

Un tranquilo día de playa

Las dos niñas están tumbadas boca arriba, igual que varias decenas de turistas, en una playa napolitana. Algunos, ante lo que parece un leve revuelo en torno a ellas, echan mano de los móviles, quizá para mostrar las fotos, a su regreso, en alguna reunión social. Otros, menos dados al abandono del letargo, levantan, perezosos, la cabeza para dirigir a la escena una breve y somnolienta mirada de soslayo. Luego, vuelven a acomodar la nuca en la toalla para seguir dormitando.
Nada ha perturbado la veraniega paz de la mañana mediterránea. El sol sigue calentando las decenas de desmadejados cuerpos expuestos. Salvo el de las dos niñas, porque el sol no calienta el cuerpo de los muertos. Otra cosa hubiera sido, para alboroto de la colmena, la presencia inesperada de Carla Bruni o Ronaldinho, pero se ha sabido que tan solo se trata de dos gitanillas rumanas de diez o doce años que se acaban de ahogar. Todo apunta a que la ignorancia, o la imprudencia propias de su edad las empujaron a bañarse en un mar siempre ávido que no distingue especies. Se dice que no sabían nadar, se dice que las olas las golpearon contra las rocas. Pero lo que no se dice es que esas niñas ya estaban muertas antes de pisar la playa, aplastadas por el silencioso golpe letal de las adocenadas y muelles conciencias de redil.
La mañana sigue su curso y los cuerpos de los vivos se van dando la vuelta para tostarse la espalda.
Se me viene a la cabeza aquella canción de Pablo Milanés: "La vida no vale nada".

jueves, 3 de julio de 2008

... y van dos.

Es tanta la alegría, que me revientan todas las costuras del corazón. Que se deshace y se vacía en el pequeño nuevo fichaje.
Aquí no hay palabras; sólo el enorme deseo de proclamar la nueva y compartirla con el mundo.
Y vosotros sois parte de él.
Acaban de hacerme abuelo por segunda vez. Y estoy más tonto que nunca (lo cual creía imposible).

domingo, 29 de junio de 2008

Podemos. ¿Podemos? ¡Pudimos!

Eso es todo. Lo demás está en los papeles, en la calle, en la historia.
Y en el hígado de unos pocos.
Enhorabuena.

martes, 10 de junio de 2008

Tres estupideces

1ª - La nueva pipiola con cartera, la del ministerio ese, o lo que sea, que ni ella tiene pajolera idea de para qué sirve, propone la creación de una línea telefónica para que el potencial asesino de mujeres "canalice su agresividad". O sea, tipo "dígame", "¡aaaagg, la mato, la mato", "hala, hala, ya pasó, chico bueno, ya, ya". Y así, al señor a lo mejor se le pasa. Lástima de línea. Si hubiera existido el año pasado, el gobierno habría evitado la muerte de setenta mujeres.

2ª - La misma pipiola de la cosa esa, habla de miembros y miembras. A partir de ahora sólo llamaré gilipollas a las féminas que me lo parezcan. A los demás les llamaré gilipollos.

3ª - La casita de caramelo con ínfulas de ministerio, sigue, no obstante, en pie, con su pajarita dentro, tan contenta, tralará, tan feliza.

jueves, 17 de abril de 2008

¿Cómo dice...? (VII)

1- Daban cuenta en un informativo local de alguna tv -según me traslada, muerto de risa, mi amigo FPC-, de un evento muy polpular en cualquier zona rural de España. Consiste en invitar al pueblo en general, coincidiendo casi siempre con las fiestas patronales, a un multitudinario almuerzo campestre. Pues bien, según mi amigo, el reportero narraba in situ el gastronómico acontecimiento haciendo notar que había sido tal el éxito de la iniciativa municipal, que los lugareños acudían a la enorme marmita con toda clase de "inhóspitos recipientes".
Mi mujer, gran aficionada a la cocina, tiene recipientes para todo. He descubierto que le faltan los inhóspitos. ¿Cómo se arreglará sin ellos?

2- Más reporteros, esta vez en Telemadrid. Mandan a una linda y pizpireta periodista a una juguetería con motivo de la difusión de una alerta contra determinados componenetes, peligrosos por inseguros, encontrados en no pocos juguetes, no homologados por la CE, destinados a niños entre uno y tres años. Para ilustrar el argumento, nuestra avezada joven muestra a la cámara un objeto -quizá un botón o un ojo de plástico- que ha desprendido fácilmente de un muñeco. Y afirma, vehemente, que "una pequeña pieza indefensa como esta, podría asfixiar al niño". Me pregunto: ¿Hay que enseñar a las piezas a defenderse del niño?

3- En el mismo programa, unos días después, una reportera entrevista a la directora de un centro psiquiátrico en una de cuyas secciones tratan a personas esquizofrénicas. Preguntada en materia de seguridad, la doctora incide en la importancia en los controles de salida de algunos enfermos, ya que "en algunos casos podrían autolesionarse o autolesionar a sus familiares".
Si alguna vez mi desesperación me empuja a quitarme la vida (trance en el que me puedo ver si sigo oyendo estas cosas), y me falta valor, no dudaré en pedir a alguien que, por favor, me autosuicide.

4- En la radio, no recuerdo quién, ni falta que hace. Hablando de las pasiones y por tanto, de la más universal, el amor, el docto invitado hablaba de la fase del enamoramiento y de los desencadenantes químicos que originan ese estado tan idílico como, a la postre, irreal. Y termina advirtiendo que "la pasión del enamoramiento tiene una longevidad muy corta". ¿En qué quedamos?

lunes, 7 de abril de 2008

Escenarios

Por el título que encabeza esta entrada, podría inferirse un contenido relacionado con el teatro, el cine, las artes escénicas o el espectáculo en general. Pues me temo que no. Es de moda, de lo que quiero hablar hoy, pero no de las vanguardias en materia de diseño, que de tan buena salud gozan en el satinado paraíso del papel couché; no de los omnipresentes barones de la cosa, montesinos, torrettas, vittorioyluchinos; no de las glamurosas aves zancudas que castigan las pasarelas con andares imposibles y cara de no haber cobrado. No, yo de todo eso no tengo ni idea. Lo que pretendo es llamar la atención sobre la nueva moda de emplear el término "escenario" para cualquier cosa.

Define el DRAE en su cuarta acepción: "ESCENARIO, (fig.) conjunto de circunstancias que rodean a una persona o un suceso." Supongo que a esta es a la que se agarran los que pretenden justificar su uso con insufrible insistencia. Empleando esta acepción entiendo que se puede hablar de "escenario del crimen" (circunstancias que rodean un suceso), o "escenario hostil", si se refiere, por ejemplo, a las circunstancias que rodean a un israelí acorralado por palestinos. Pero deduzco que para que un escenario lo sea, el suceso acaecido o la circunstancia personal, deben ser previos.

Bueno, pues de un tiempo a esta parte, los partidos políticos se pasan el tiempo buscando escenarios económicos menos adversos; los deportistas, escenarios menos tensos en el vestuario; la patronal y los sindicatos, escenarios de diálogo. Mientras, los militares destacados en presuntas misiones humanitarias, hablan de escenarios de paz, y desde el ministerio de asuntos sociales se nos habla de escenarios de convivencia con los inmigrantes.

Está uno de escenarios hasta las bambalinas, dicho sea, e insisto una vez más, desde la única autoridad que me confiere mi amor y preocupación por mi lengua y su buen uso, ya que no desde otras cátedras.

Me queda la guinda, que dejo deliberadamente para el final y que, en la misma cima de la cursilería suprema, dará origen a una serie de entradas de bitácora bajo el título genérico de "Constatación de la gilipollez", y que, a semejanza de mis "¿Cómo dice...?", iré numerando.

Ahí va. No recuerdo quién, y lo siento, ha propuesto denominar el Coto de Doñana como "escenario cinegético". Anda, báilalo.

martes, 1 de abril de 2008

El pincel, la palabra, la pausa.



No sé -la verdad es que tampoco me importa- si se trata de ciclos vitales, de estancamientos accidentales o de disposiciones del ánimo. El caso es que llevo algún tiempo con la sensación de que no tengo nada que decir, o que no me apetece decir nada. No hay otro motivo por el que últimamente tenga desatendido el segundo término que da título y razón a este cuaderno.

Por fortuna, el pincel goza , hasta el momento, de buena salud y sigue vertiendo al exterior con disciplina cuasi castrense la materia que, supongo, destila mi cabeza.


En cualquier caso, a estados de efervescencia deben seguir otros de calma, o de pausa, o de reposo. Por lo que si alguna vez se secaran ambas herramientas, el suceso me cogería sentado, fumándome un buen veguero y con la atención puesta en la más leve brisa para recolocar el velero. Hay cosas que no se pueden, que no se deben forzar.

Entretanto, ni por un momento decae el seguimiento, gozoso siempre, de los textos e imágenes de mis compañeros de bitácora.

lunes, 10 de marzo de 2008

Los datos, los rostros

Poca literatura añadiré a la ya vertida en las ondas y las páginas impresas. Es hora de hacer digno el papel que a cada uno le ha sido asignado por la voz popular en el macrocasting electoral. A poco que se esfuercen, todos los actores de esta tragicomedia nuestra serán capaces de mejorar la chapuza de los últimos cuatro años.

Números, cifras, gráficas, comparativas (como se dice ahora)... No se molesten, no saquen la calculadora, olviden el dibujito del hemiciclo con el antes y el después, no pierdan demasiado tiempo en estudiar los análisis expertos del día después (como también se dice ahora). Si quieren conocer con toda exactitud el nuevo panorama político, abran la prensa, cualquier periódico, y, como los niños con sus primeros cuentos, eviten la letra para mirar las estampas. Vean los rostros, todos los rostros. Ese es el verdadero, el inocultable balance de la consulta.

La cara de Rajoy era poco más que su propia sombra, era el abatimiento sobrevenido de golpe, la ruina del político revestida de la dignidad del hombre. La de su mujer, a él abrazada, el amor de la esposa, más que al líder hundido, al marido derrotado. La cara de Acebes era la estúpida risa de quien tiene las mismas ganas de reír que de morirse; los otros dos comparsas estaban sin estar. García-Escudero, poco antes, era un rictus amargo de impotencia mal disimulada. Y los otros, Gallardón, Aguirre, Zaplana, no sé si lamiendo sus heridas en la rebotica, porque estaban missing. El rostro de Zapatero era la mueca de siempre, la que pone para hablar de lo que toque. A Pepiño, inflado ya el pecho, empezaba a asomarle la cresta altiva del gallo que se sabe dueño del corral. De la Vega, transida de gloria, multiplicaba sin rubor, con su amplia sonrisa, las arrugas de su pergamino. Caldera reflejaba en el gesto una sobredosis de ego, mientras Zerolo experimentaba, sin duda, su enésimo orgasmo democrático.

Carod-Rovira y adláteres eran tiburoncillos que habían perdido los dientes por el estacazo en la boca de su propia soberbia, puestos en fuga por un banco de boquerones. Llamazares había perdido el rostro y los escaños y sólo era una pobre voz lastimera echando la culpa al empedrado, mientras Rosa Díez -Rosa de España, me temo, a su pesar-, reflejaba en su cara la luminosa felicidad de la primeriza que tras un parto difícil, ve, al fin la cara de una rolliza criatura.

Sólo quedan unos pocos rostros, los de los millones de españoles que dibujamos ayer los de quienes han de gobernar el pecio. Aún no se ven, pero es cuestión de tiempo.

lunes, 3 de marzo de 2008

¿Debate? ¡Desbarate!

Tan solo dos diferencias con el anterior, a saber:

a) los adversarios habían cambiado de campo (de juego);
b) los adversarios habían cambiado de Campo (Vidal).

Por lo demás, que me lo cuenten. Y en medio, las encuestas inmediatas: en unos medios, 60 - 40; en otros, 40 - 60.

Si no fuera por la gravedad de lo que nos jugamos el domingo que viene, sería para reírse de estos dos a mandíbula "debatiente".

domingo, 24 de febrero de 2008

And the winner is...

Últimos retoques a los decorados, repaso exhaustivo de los últimos detalles, carreras, voces destempladas, nervios a flor de piel. Todo preparado. ¿Todo? A ver, otra vez, venga, los de iluminación, vamos, probando otra vez, la intensidad de la luz, orientación adecuada, calidez ambiental, vale, no os vayáis, por si acaso. Vamos al escenario, deprisa, a ver ese metro, eso es, la altura adaptada a cada uno de los protagonistas, no, dos centímetros más, ahí está. ¿Hemos medido la temperatura? ¿Cómo que hace dos horas? Vamos, otra vez, 25º, no es mucho, puede producir sudor y brillos indeseados en la cara de los actores, 23,5º, vale, déjalo así de momento. Maquillaje, ¿todo en orden? De acuerdo.

Es la víspera, cientos de técnicos se afanan para que nada falle en la gran noche. Los dobles -igual peso y estatura- comprueban de nuevo la idoneidad de cada elemento, son sus cinco minutos de gloria. Es la noche, la gran noche para la consolidación definitiva de los actores.

-And the winner is...
-No, oiga, no estoy hablando de cine. Ni de oscars. Estoy hablando de teatro. Del debate.

lunes, 18 de febrero de 2008

"Jefe"





Acabó mal el año pasado con la sombra alargada de un presagio fatal. La masa era un dibujo feo, cruel e inexorable sobre el fondo negro de la placa. No quise saber nada de previsiones temporales; el plazo se definía sin necesidad de magisterios más altos. Le faltaron cinco días para que hoy, 18 de febrero, celebrara su cumpleaños.

No me place el panegírico. Sólo diré que la ingente magnitud de su obra tan solo puede compararse con la serena austeridad de su vida, de la que salió, como los grandes, sin hacer ruido.

No hay una foto que defina mejor lo que sentí por él hasta su último aliento.

Doy gracias a Dios por haberlo tenido durante cincuenta años.

domingo, 27 de enero de 2008

El miserable

Mi amigo FPC se me adelanta en su última entrada ("Jardines secretos", lo siento, se me ha olvidado cómo coño se hacen los enlaces del demonio). En la segunda parte de su texto, tan acertado como siempre.
A veces desearía tener la capacidad de mi amigo para tomarme las cosas partiendo de una premisa analítica desde la que es capaz de construir reflexiones llenas de razón y sentido. Me encantaría poder hacerlo; admiro, y él lo sabe, esa capacidad suya de conducir el raciocinio desnudándolo de accesorios engañosos, de trampas en las que resulta fácil caer, para que la conclusión, aun siendo cruda, a veces, brille siempre merced a la pulcritud de la exposición. Pero no puedo.

El chico, diecisiete años, salía a dar una vuelta con su bici desde el camping donde pasaba las vacaciones con sus padres. Casi seguro que con el atolondramiento propio de sus años. Carretera secundaria, el chico se incorpora mal y un Audi A8 se lo lleva por delante. Lo mata, claro. El informe del atestado determina que a pesar de que el límite de velocidad en la zona es de 90 km/h, y que el cohe circulaba a 113, el conductor, por la imprudencia del chaval, queda eximido de culpa. (Parece ser que los padres encargaron un informe pericial paralelo al atestado, y la conclusión es que el vehículo circulaba a más de 160 km/h. Es un dato, no entro en valoraciones).

Ahora salta a los medios que el conductor reclama a los padres 20.000 € como indemnización por los desperfectos en su coche. Declara ante cámaras y micros: "... yo soy la segunda, o quizá la primera víctima..." "...¿qué quieren, si nadie les puede devolver a su hijo?..." "Bastante, que pude controlar el coche y gracias a Dios, no me pasó nada". Y algunas otras cosas.

Yo pensaba que ser un hijo de la gran puta era lo peor en un ser humano. Pero no. Si además de eso se tiene un saco lleno de mierda en donde debería alojarse un corazón, y esa cloaca infecta, incapaz de contener más podredumbre, rebosa por la boca, entonces se alcanza el más alto grado de miseria y ruindad humanas.

jueves, 17 de enero de 2008

Paulino

De repente, la letra. Con la urgencia del bombero, del médico de guardia. La autoridad competente, muy competente ella, se percata, tras el glorioso ridículo de una docena de tiarrones de más de dos metros berreando lo que pretendía ser el himno de la nación a la que representaban. Acuérdense: último mundial de baloncesto, Gasol y sus chicos en lo más alto del podio, borrachos de hazaña (que lo fue), tratando de solventar a capela el inoportuno fallo de megafonía. Y los padres de la patria, ¡ahivadiós, la letra! Podemos llevar trescientos años sin letra, no pasa nada, pero es que nunca nos había hecho falta cantar. Hasta que se jodió el ampli. Esto no nos pasa más. Una letra, ya.

Apelar a los vates del Parnaso no es buena idea, estos ilustres están por encima de las miserias mundanas, no, no. Venga, lo sacamos a concurso, pero que no gane un conservador, porque, diga lo que diga el texto, resultará reaccionario. Ni tampoco un libertario, que lo tacharán de oportunista además de poco representativo. Pues ya está: algo que rezume sabiduría popular, venga, habla, pueblo, habla, pero que sea rapidito, que esto hay que arreglarlo.

Y ahí viene el bueno de Paulino Cubero, desempleado, y el hombre vacía su patriotismo inocente y llano y saca unos emocionados versitos de cielos azules y verdes valles y paz y hermandad y democracia y cantemos todos juntos, tralará, que no se sabe si esto es la sintonía de Heidi o el coro de las ursulinas cuando van de excursión. Pero a Paulino no se le puede pedir más porque lo ha dado todo, y eso es mucho, muchísimo más de lo que han hecho quienes ahora lo apedrean.
Porque a Paulino le engañan y le hieren sin el menor empacho, porque le hacen creer que su lírico patriotismo va a cambiar, si no la Historia de España, sí la de su simbología, que no es moco de pavo. Que sí, Paulino, que eres un figura, que tu texto adaptado al himno lo va a estrenar Plácido Domingo en una gala, ya hay fecha, el 21 de este.

Y Paulino se acuesta y quiere dormir, pero no puede, se le viene encima la salvaje riada de mil sueños desbordados, la solución a tantos equilibrios, y de repente se le esfuma para siempre el fantasma del paro, y la letra de la hipoteca y la del préstamo personal. Pero es más, mucho más, va a estar en primera fila intentando que la emoción no le descomponga la figura mientras canta Plácido. Y da una vuelta y otra en la cama y se ve, él, Paulino, preparando como puede las respuestas para la prensa y estrechando manos de personajes que sólo había visto en los telediarios y viendo su foto, todo encorbatado, en las primeras de todos los periódicos y leyendo su nombre una vez y otra y otra... hasta que un cálido tejido intangible lo envuelve y lo mece y lo eleva y lo pierde en una dulce nebulosa.

Pero el espacio que debía ocupar su nombre escupe titulares afilados como hojas, fríos, inclementes, "las controversias suscitadas..., el descontento entre los deportistas..., la falta de consenso..., el aplazamiento de la iniciativa... Y la suspensión de la gala. Y Paulino tarda un rato en decidir que es más lo que él hace por la patria que lo que la patria hace por él. Y se pregunta si el golpe no hubiera sido menor si no le hubieran dejado subir tanto. Después abre su cartera y mira a ver cuándo tiene que ir a renovar los papeles del paro.

El himno seguirá sin letra (ni falta que le hace). Las autoridades competentes, muy competentes ellas, seguirán sin vergüenza (con la falta que les hace). Y Paulino Cubero cantará, orgulloso, su himno, cada vez que suene la Marcha de Granaderos. Porque le sale de los cojones.

martes, 8 de enero de 2008

¿Cómo dice...? (VI)

Uno de los deseos, por lo general, más repetidos (excluídos los que hacen referencia a la salud, la economía y las cuitas del corazón), es no perder la capacidad de asombro, de sorpresa. No sólo me sumo a los que así lo expresan, sino que me voy a permitir darles una sencilla recomendación que, a buen seguro, restará no poca preocupación a los que, de entre ellos, piensen que es un deseo difícilmente realizable: abran sus oídos a los medios de comunicación, a las exclusivas de los famosillos, a las declaraciones de los políticos, a las peroratas de los tertulianos. Escuchen lo que dicen y cómo lo dicen. Yo les garantizo que la capacidad de asombro está asegurada.

Déjen que ilustre mi afirmación con un manojito de perlas.

1- Emisora de radio, programa matutino, sección de participación de los oyentes. Llama un señor para opinar sobre la calidad de la enseñanza, y dice textualmente: "La educación, a mi modo de vista, ha mejorado". Evidentemente, el oyente era uno de los beneficiados con la mejora.

2- Partido del R. Madrid, transmitido por tv. El comentarista, al empezar el segundo tiempo: " Schuster hace dos cambios, pero se reserva uno, como es preceptivo". Digo yo que si se le ocurre hacer el tercero, igual le multan por faltar al reglamento.

3- Un caballo salta el pretil de una concurrida autovía madrileña. Un conductor, fotógrafo profesional y con la fortuna de llevar la máquina en el asiento del copiloto, capta la imagen insólita del equino trotando entre los coches. Comentario en off de la periodista del telediario: "Esta es la imagen que captó uno de los conductores que tripulaba por las inmediaciones". Lo que no dijo fue la clase de avión, cohete o nave que tripulaba el osado conductor.

4- Sarkozy y Carla Bruni, sorprendidos, de la mano, en Disneyland París. El periodista, en la radio:"... les delataban sus miradas traicioneras..." Yo estoy encantado de que Sarkozy se enamore, y más, si es de una belleza como la Bruni, pero esas miradas traicioneras, la verdad, me hacen sospechar que esto no tiene futuro. Si al menos hubiesen sido miradas cómplices...

Mi querido amigo Paco P. me pasa una, digna de sobresaliente:

5- Leído en la edición digital de ABC: "Toni Blair ha abandonado el anglicismo para convertirse al catolicismo". Pero, hombre, ¿no podía haberse convertido sin dejar de hablar inglés? ¿Qué dirán los anglicanos?

6- Concurso de tv. Formato: concursante auxiliado por famosilla para contestar preguntas. Turno para la famosilla. Pregunta: Colonia inglesa en España, desde 1713. Famosilla: cara de poker, ojos al cielo, gesto de extrañeza. Al fin, se le ilumina la cara. Respuesta (agárrense los que se creían incapaces de sorprenderse): "Lavanda inglesa de Gal".

Voy a tomarme la pastilla, que me da, que me da...