domingo, 27 de enero de 2008

El miserable

Mi amigo FPC se me adelanta en su última entrada ("Jardines secretos", lo siento, se me ha olvidado cómo coño se hacen los enlaces del demonio). En la segunda parte de su texto, tan acertado como siempre.
A veces desearía tener la capacidad de mi amigo para tomarme las cosas partiendo de una premisa analítica desde la que es capaz de construir reflexiones llenas de razón y sentido. Me encantaría poder hacerlo; admiro, y él lo sabe, esa capacidad suya de conducir el raciocinio desnudándolo de accesorios engañosos, de trampas en las que resulta fácil caer, para que la conclusión, aun siendo cruda, a veces, brille siempre merced a la pulcritud de la exposición. Pero no puedo.

El chico, diecisiete años, salía a dar una vuelta con su bici desde el camping donde pasaba las vacaciones con sus padres. Casi seguro que con el atolondramiento propio de sus años. Carretera secundaria, el chico se incorpora mal y un Audi A8 se lo lleva por delante. Lo mata, claro. El informe del atestado determina que a pesar de que el límite de velocidad en la zona es de 90 km/h, y que el cohe circulaba a 113, el conductor, por la imprudencia del chaval, queda eximido de culpa. (Parece ser que los padres encargaron un informe pericial paralelo al atestado, y la conclusión es que el vehículo circulaba a más de 160 km/h. Es un dato, no entro en valoraciones).

Ahora salta a los medios que el conductor reclama a los padres 20.000 € como indemnización por los desperfectos en su coche. Declara ante cámaras y micros: "... yo soy la segunda, o quizá la primera víctima..." "...¿qué quieren, si nadie les puede devolver a su hijo?..." "Bastante, que pude controlar el coche y gracias a Dios, no me pasó nada". Y algunas otras cosas.

Yo pensaba que ser un hijo de la gran puta era lo peor en un ser humano. Pero no. Si además de eso se tiene un saco lleno de mierda en donde debería alojarse un corazón, y esa cloaca infecta, incapaz de contener más podredumbre, rebosa por la boca, entonces se alcanza el más alto grado de miseria y ruindad humanas.

6 comentarios:

Tawaki dijo...

No sé por qué, sospechaba que alguien escribiría sobre este tema, y que además lo haría mejor que yo.

El dinero transforma a las personas y las vuelve irreconocibles.

Sólo espero que se reabra el caso y este señor, no sólo no cobre los 20.000 euros, sino que tenga que pagarlos.

Después de todo, si hubiese ido a 90km/h quizás hubiese sido de controlar el coche ANTES de atropellar (y matar) al chaval.

Así somos y así nos va.

Un abrazo.

amart dijo...

Querido Tawaki, yo creo que ya no se trata de dinero. Lo de menos es que esos veinte mil vayan, vuelvan, se multipliquen o desaparezcan. Hay heridas tan sucias que nada es capaz de curarlas.
Lo único que cabría haber hecho es no admitir la demanda de este malnacido. Y lo que duele es que no sólo se admitió, sino que ahora se mira la posibilidad de que haya incurrido en delito. Pero en qué quedamos, en qué país vivimos.
Un abrazo, amigo.

Anónimo dijo...

Esta mañana comentaba sobre este mismo tema a un amigo bloguero.

Independientemente de la escasez absoluta de verguenza por parte de este señor (o lo que sea), tampoco hay que olvidar a las instancias jurídicas que admiten que hay caso para llevarlo a juicio, que yo creo que tampoco andan muy sobradas del menor sentido de la moral.

Beso, Amart.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Vuelves con brío -nos tenías en ascuas con esa ausencia tan prolongada- y se agradece esa manera tan políticamente incorrecta de tratar los asuntos. Y la mala leche. Llego ahora de una conferencia de Arcadi Espada. Ya ves, también nos llegan los figuras a provincias. Comentaba el conocido periodista que siempre escribe desde el mal humor. No sé si eso está bien o está mal. Pero hay asuntos que, como el que tratas, es difícil abordarlos de otra manera. Hoy, por cierto, y a propósito del tipo ese del A 8 perdí a primera hora de la mañana esa flema mía con la que tengo engañados a mis compañeros de trabajo -se creen que soy así, sin saber que sólo es preventiva contención para una mejor convivencia-. Hubo alguien en la oficina que entendía la posición del recurrente. Me salió el padre que soy. Qué se le va a hacer.
Un fuerte abrazo, amigo, y alegrándome de volver a leerte.

amart dijo...

Querida Respi, querido Diarios, acabo de saber que al tipejo este le han faltado cojones (con lo bien armado que parecía estar, el bocazas, hace un par de días), para comunicar al juez su renuncia a sus reivindicaciones. Su abogado lo ha hecho por él, aduciendo que su cliente se siente linchado y mancillado por la presión mediática (qué lástima, se me parte el alma).
Los padres del muchacho, sin embargo, ole su coraje, han decidido continuar por ver si se puede reabrir la vía penal. Parece que los informes periciales encargados arrojan datos cuando menos comprometedores para este bicho. Ahora mismo debe de estar buscando sus atributos a la altura de las amígdalas. Mas o menos.
Un abrazo a los dos.

Anónimo dijo...

Longfinger dijo:
Como de costumbre, tu comentario es "impepinable". Si algo me llama la atención de esta noticia, además del rastrerismo más zafio y denigrante, es ese repentino afán de nuestros garantes de la justicia por reabrir estos casos. Yo, desde mi intelecto primático, llego a la siguiente conclusión: Si el caso se reabre ahora es porque anteriormente se había juzgado deficientemente y no se repara en ello hasta que una hiena asesina solicita una indeminización por la reparación de su arma homicida.
No amigos. Todavía no he visto ningún medio que exija la responsabilidad de aquel primer juzgador que eximió de culpa al carroñero.
Cualquier día nos despertamos con la noticia de que un etarra ha solicitado se le abone la factura del tinte a la esposa del guardia civil al que ha asesinado, porque éste le ha manchado con sangre de su nuca la pelliza que le regaló su "amatxo".
En fin queridos, la miseria humana nunca dejará de sorprendernos, al igual que muchas decisiones de los de la toga.