Conviene dejar claro para general conocimiento, como se decía en tiempos, que ni soy lingüista ni Dios lo permita, porque si tuviera yo que vivir de la muy noble causa de velar por el buen uso de nuestra lengua, ya me habría avisado seriamente el corazón, estoy seguro. Vaya desde aquí mi más sincero testimonio de admiración a quienes lidian ese morlaco a diario, porque de ellos es el reino de los cielos.
Si algún mérito tengo (suponiendo que sea un mérito), es el de poseer cierta facilidad innata para la música, la pronunciación de lenguas extranjeras -lo que no me convierte en políglota, ni mucho menos-, y la certidumbre de que una cosa está bien o mal dicha en el idioma propio, aun sin poderlo argumentar. Y es que desde chico siento amor por la palabra.
Por esa misma razón, ruego a quien me cace un gazapo, circunstancia de la que no estoy libre, me lo haga saber de inmediato para pedir disculpas y rectificar, cosa que tampoco me cuesta ningún trabajo.
Dicho esto, vamos con las perlitas de hoy, que no tienen desperdicio.
1- Al día siguiente de la lectura pública de la sentencia del juicio por el salvaje atentado del once de marzo, doña Pilar Manjón asistió a uno de los muchos programas especiales que emitieron las cadenas de TV. Apenas iniciado su turno de palabra, esto fue lo que dijo: "Con lo que voy a decir, no quisiera dar una imagen impolíticamente correcta." Bien, poco más que añadir. Seamos benévolos y achaquémosle la coz a una lógica tensión emocional.
2- Programa radiofónico. Espacio en el que el oyente tiene la palabra para denunciar hechos o situaciones anómalas. Una señora un tanto airada, relata lo vergonzoso de la atención prestada en un hospital en obras en el que estaba "todo enfandangado". Pues, hombre, ya que al parecer estaba todo manga por hombro, digo yo que unos fandanguitos contribuirían a suavizar la situación.
3- Extraído de un diario local: "Un perro ha evitado que su dueño falleciera cuando un toro le atacó propiciándole varias cornadas". Lástima que no dejaran al perro escribir la crónica. Sin duda, lo habría hecho mejor que esta lumbrera.
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7 comentarios:
Espera, espera, a ver si yo me aclaro; quería decir el periodista que el toro se cabreó muchísimo cuando el perro salvó la vida del hombre, y que por eso el toro atacó al perro, ¿no? Por lo que suponemos que las cornadas se las propició posteriormente al salvamento, cuando ya el propicio perro había conseguido reanimar a su dueño. Vamos, digo yo, porque si el perro tuvo que acabar de salvar al dueño mientras el toro le propiciaba las cornadas, es para ponerle al perro un monumento. Y el toro, un cabroncete de cuidado, lo que yo te diga... Abrazos propiciados.
Sugerencia de etiqueta -en la que se intuiría también homenaje al que en lugar de brocha uso dardo-: El pincel en la palabra.
Un abrazo.
Por cierto, me acordé ahora de que mi amiga feminista de las Jornadas de Murcia soltó una frase muy simpática. Hablando de la idea que todos tenemos de mujer elegante, dice la señora: "Y claro, las mujeres creen que deben seguir un estándar de vida para estar esterilizadas...". Me recordó el chiste que, imagino conoceréis, ése de la señora que va al médico, y éste le pregunta: "¿Qué le ocurre, Señora?". Ella responde: "Pues mire, Doctor, es que mi marido es imponente, yo soy esméril, y no podemos tener condescendencia". El médico repone: "Señora, querrá decir que su marido es impotente, usted estéril y que no pueden tener descendencia..." Y ella inmediatamente: "¡Uy, verdad, qué contusión!". Havrasos.
Que bonito leer cosas tan exquisitamente expresadas...esa utilización del lenguaje tan apropiada por aquellos que precisamente deberían vigilar COMO PUÑETAS ESCRIBEN Y SE EXPRESAN!!! besos de luna
Mira con lo de "impolíticamente correcta" me has llegado al alma, y eso que yo pensaba que con el catálogo de memeces de la llamada "corrección política" ya había llegado a mi propio límite
Cosas veredes, ¡voto a Bríos!
Amigo Sir John, tu comentario es lo más parecido a la escena del clásico de los hermanos Marx ("La parte contratante de la parte contratante...). Pero es cierto, estos juntapalabras de tres al cuarto se hacen la picha un lío.
Abrazos.
Te agradazco la sugerencia, DR, está muy bien ese juego de palabras, con lo que me gustan. Pero no puedo. Por un lado, el dardo clava, horada, hiere, y de qué forma, cuando lo lanzaba don Fernando; el pincel, por agresivo que quisiera ser, sólo podría acariciar. Por otra parte, me resultaría casi una falta de respeto titular estas pequeñas denuncias de un modo tan parecido a como lo hacía el maestro. Le admiro mucho.
Gracias y un abrazo.
Pues sí, Luna llena, y después se van a casa y duermen. Pero la culpa es también de los editores, correctores y demás. Estamos apañados.
Un beso.
Bienvenido, Celebrador, esa es otra, la de la corrección política. ¡Pero qué blanditos, rosados, algodonosos y gilipollas nos estamos volviendo, coño!
Un abrazo.
Tiendo a disculpar los errores de quienes hablan en público porque lo he sufrido en mis propias carnes. Cuando lo veo por escrito prefiero pensar en que las prisas son malas consejeras, pero hay gazapos como el último que cuentas que son imperdonables.
Un abrazo
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