Barcelona, 22 de octubre de 2007
El pasado día 4, aunque la noticia no ha trascendido hasta hoy, tuvo lugar un incómodo incidente en tre dos pasajeros del metro, con resultado de contusiones leves en la persona de uno de ellos. Los hechos fueron recogidos por una cámara de seguridad del vagón en el que viajaban ambos implicados.
Al parecer, todo comenzó cuando un ciudadano español se vio descaradamente provocado por la presencia de una ecuatoriana que estaba sola, sentada a varios metros de distancia. La presencia de la joven hirió la sutil sensibilidad del hombre, quien, con el fin de evitar penosas equivocaciones, se acercó prudentemente a ella. Una vez confirmadas las sospechas en cuanto a su condición de inmigrante (rasgos físicos, tono de la piel...), se vio obligado a responder a la provocación propinando a la muchacha, de dieciséis años, dos o tres bofetadas, al tiempo que iniciaba un amigable diálogo con un "inmigrante de mierda". Comoquiera que ella trató de cubrirse la cabeza, dejando el torso desguarnecido, el joven no tuvo más remedio que pellizcarle un pecho, evidentemente como muestra de buena voluntad.
El incidente podría haber quedado en estas minucias, pero según se aprecia en las imágenes, la pasajera permaneció quieta, acurrucada y en silencio, lo cual debió de ser considerado por el hombre, como es lógico, como un acto de soberbia o al menos, de mala educación, por lo que, seguramente a su pesar, no le cupo otra opción que dar una patada en la cara y otras pocas bofetadas a la provocadora. Después, salió del vagón.
Fuentes generalmente bien informadas aseguran que el joven no quiso denunciar el hecho. No obstante, fue llamado a declarar, quedando casi inmediatamente en libertad con cargos (se desconoce qué cargos).
En otro orden de cosas, y sin que apenas tenga que ver con el caso, las mismas fuentes afirman que mientras el ciudadano declaraba, un fiscal fue visto jugando al parchis.
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7 comentarios:
Longfinger dijo:
Si ya es lamentable el hecho en sí mismo, la segunda parte del tema que expones lo es aún más. La reflexión es simple: ¿En manos de qué justicia nos encontramos?. Cuando a un violador o asesino que es dejado salir de la cárcel en la que cumple una ya de por sí ridícula condena por un caritativo Juez de Vigilancia Penitenciaria y el malnacido vuelve a delinquir, ¿es acaso expedientado el Juez?, ¿incurre en algún tipo de responsabilidad penal? Nada de nada. Pobre ciudadano. Intenta no desmandarte en lo más mínimo que el peso implacable de la Ley caerá sobre ti con todo su rigor. Mientras tanto yo voy a empezar a estudiar derecho. Como dice el Ministro que se va a poder ser Juez sin opositar..., Ah, y se me olvidaba; también voy a afiliarme a todos los partidos políticos porque nunca se sabe...
Precisamente le decía a mi mejor amigo, que es abogado y, además de persona sensible, un buen abogado, que en casos así la justicia casi acaba siendo un obstáculo. Nadie en su sano juicio dejaría de ver aquí el delito flagrante, pero los enredos judiciales acabarán por dejar que este malnacido siga recorriendo las calles como otros muchos. Sobre la convicción más profunda de que estos lances se evitan a medio y largo plazo con educación y cultura, no hay duda de que a este tipejo criminal lo que ahora mejor le vendría es que lo pillaran un grupo de familiares de la chiquilla, y le marcaran con dureza las mínimas reglas de convivencia en la barriga, para que cada vez que se pusiera ante el espejo las recordara. Pero no ocurrirá esto, porque ahí sí que andaría la ley lista, en lo del ojo por ojo, y más con un grupo de ecuatorianos... En fin, triste vida ésta... Abrazos indignados.
Casualmente he visto la escena y no me ha alterado como debiera, probablemente porqué estamos muy familiarizados con escenas violentas ofrecidas por las televisiones. Salvando las distancias el video era similar a unas escenas parecidas de acoso escolar que sacaron hace pocos días también por televisión. Nunca llegaré a entender la cobardía del que ataca a quien sabe que no se defenderá, no entiendo que tienen en la cabeza estos desalmados. Pero, es que además, parecía orgulloso de su hazaña mientras paseaba libre esta tarde recibiendo parabienes de distintos colegas. Algo esa muy deteriorado es una parte de la juventud, alguien que es capaz de pegar a una chiquilla no tendría que tener amigos.
Sólo puedo abundar en la indignación que me produce la falta de educación y de sensibilidad de algunos energúmenos.
Sólo esperoque la vida sea generosa y le dé a él y al fiscal el ciento por uno.
Saludos,
Por cierto, que la gravedad del hecho no nos impida celebrar la forma irónica en que lo has contado.
También me ha dado por pensar a mí el asunto. Aunque, retorcido que es uno, lo he enfocado desde el principio por el lado de quien asiste impasible a la agresión. Y no para condenarlo, sino para ponerme en su pellejo. Reflexionando sobre su miedo, el de él y el de todos nosotros cuando miramos hacia otro lado tantas veces a lo largo del día.
Un abrazo.
D. de Rayuela
Pues sí, Longfinger, una vez más nos encontramos con que la ley y la justicia no siempre van de la mano.
Sir John, comparto esa sensación, esas ganas de tirar por la calle de enmedio, pero conviene controlar las pasiones, y esta es una. Pensar con el hígado es algo tan humano como inconveniente. Si hiciéramos en este caso lo que nos pide el cuerpo, no habría mucha diferencia entre esa piltrafa de tío y nosotros.
Pues a mí, Cerillo, me inquieta el hecho de que escenas como la vista, que, a diferencia de las películas, son reales, puedan llegar a dejarnos indiferentes. Es el primer paso para la aceptación tácita de la violencia sin sentido, como un uso social más. Y es especialmente preocupante pensando en los chavales.
No sé si la cuestión es desear ciento por uno, Tawaki. Yo apostaría más bien por buscar la forma de que las instituciones funciones como deben. De una maldita vez.
DR, iba a haberte contestado esto en tu última entrada, pero lo hago desde aquí, ya que el tema es el mismo. Comparto absolutamente lo que te sugiere el hombre impasible ante un hecho tan brutal. Y también lo que comenta FPC al respecto. En frío todos somos capaces de elaborar la conducta. Quién sabe, en el lugar de los hechos. El miedo es poderoso, puede anquilosar o servir de resorte para machacar sin compasión al agresor.
Hoy oía en la radio que este hombre, reconocido por sus vecinos, está siendo objeto de insultos y de un acoso verbal sin medida. Que fácil resulta ser un héroe.
Abrazos para todos.
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