Lo que más me cabrea de la dichosa cibertecnología es su poderosa capacidad simuladora de omnipotencia. Todo cerca, todo rápido, todo posible, qué maravilla, uno se convierte de repente en el amo del mundo, como los siniestros e ingenuos personajes de algunas pelis de nuestra infancia. Hasta que de pronto, el dios -que para eso es dios- decide que vale, que sí, que hasta aquí. Y el aparato se queda pillado, y no se despilla ni para la madre que lo parió, y te empieza a escupir una ristra de signos extraños entre los que uno cree adivinar que se deslizan sugerencias para desfacer el entuerto. Y yo, sagaz usuario, que incluso había aprendido ya a hacer transferencias, ahí es nada, trato de seguir las instrucciones para desbloquear aquello, y cuanto más avanzo más se multiplican las indicaciones, esta vez ya directamente en tagalo, hasta que decido apagarlo desde el enchufe, maldecir en sánscrito, e ir pensando en pececity o mediamarkt. Presupuesto, sí, señor, en tres o cuatro días se lo damos, bueno, en ocho, que estamos en agosto. ¿Y para cuándo? Pues lo antes posible, seguramente no más de un mes. Malamente reprimido el primer impulso homicida, llamo a mi sobrino G., un figura. Machote, ¿puedes hacer algo con esta mierda? Se ríe, se lo hago llegar y se pone a ello. Y en esas estamos.
El tam - tam de los swahili, los pigmeos, los masai o toda su santa parentela, lleva cientos de años funcionando, ahí los tienes, con una longitud de onda que ya quisiera el Hispasat, comunicando en tiempo real, como se dice ahora, y sin necesidad de tamtamcity.
Me condeno conmigo mismo porque no soy capaz de conciliar mi ignorancia con la incuestionable utilidad de estos chismes del demonio, y lo siento, pero no estoy por la labor de aprender más allá de dónde está el enter, ya estoy muy mayor para hacerme nudos marineros con las neuronas que van quedando. Lo que quiero es que cuando algo se jode pueda volver a funcionar cuanto antes sin entrar en ese odioso circuito de reparaciones sin fecha, y sin necesidad de obligarte a tener un repuesto por si acaso. Se me podrá rebatir todo cuanto digo, y muy fácilmente, pero no estoy sentenciando nada, no quiero polemizar, no quiero saber qué le pasa al cacharro. Sólo que funcione pronto, qué le debo, ahí tiene, gracias.
Ahora estoy escribiendo (más bien, transcribiendo, me encanta la pluma) desde un ordenata al que no tengo acceso con la frecuencia que quisiera, por lo que no puedo leer los blogs ajenos (ya un poco míos) ni escribir en el propio (supongo que un poco ajeno) con la puntualidad que quisiera. Y me cabrea.
Y además, como las cosas no vienen solas, tengo una lumbalgia (la madre que la parió) que me tiene más doblado que una alcayata. En fin, pues eso, que todo está muy bien.
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16 comentarios:
Se me da bastante mejor el silbo gomero para decirte que me consuelo al saber que no soy la única torpe-torpe en estos temas y lo incapacidad para aprender y eso que estoy amenazada con la expulsión de mi trabajo.(risas)
Siento lo de la lumbalgia ¿Esas cosillas empiezan con el 5 y el 0?
pobre de mi...
Saludos
Un saco de ánimos, amigo. Solidaridad de alguien que un día creyó entender de estos enredos, pero que acabó rindiéndose a esa obstinación de los cacharros por demostrarte que son más fuertes que tú, y extraviarte entre inescrutables microchises y malditas rutinas. Y la única solución empieza por 902... Dios mío, qué mundomrkt... Un abrazo.
Paciencia, amigo... Los ordenadores son a veces máquinas diabólicas, te lo dice uno que trabaja con ellos todo el día. Con lo que ha avanzado la tecnología, todavía tienen un enorme camino que recorrer en cuanto a fiabilidad y, sobre todo, facilidad de uso. Porque:
· Son complejos y tienen gran probabilidad de fallos.
· Son, en general, feos y poco ergonómicos.
· Son acaparadores de sentidos.
· No arrancan en frío.
· Su portabilidad es aun muy mejorable.
· Carecen de verdaderos estándares.
· Los problemas técnicos deben ser resueltos por el propio usuario, algo inadmisible en cualquier otro aparato electrodoméstico.
Vamos, para echarse a correr...
Un abrazo.
Tiene mucha razón Rythmduel cuando califica como inadmisible que los problemas técnicos de los ordenadores deban ser resueltos por el propio usuario. Son una herramienta y como tal deben cumplir la finalidad para la que están diseñados: facilitar la comunicación y permitir el almacenamiento. Y deberían ser, entiendo, cada vez más sencillos y permitir cualquier funcionalidad con aplicaciones lo más intuitivas posibles. Me pasa un poco como a ti, querido Amart, no estoy ya en edad de hacerme el miembro un lío con ciertas cosas. Ejemplo: todo el mundo se baja películas y música de internet. No sé si está bien o no el asunto. Ese sería un largo debate. Yo, de momento, prefiero comprarme los CDs (los que me permite mi economía) con sus carátulas y sus librillos; y las pelis otro tanto de lo mismo. No obstante, hace unos días le pregunté al informático de mi trabajo cómo se hacía para bajar ese tipo de archivos -por si me da por el top manta cualquier día-. Muy fácil según él. Y me lo explica. Lo seguí durante un rato. Pero me aburría tanto la explicación que desconecté pronto. Cuando me pregunte qué tal me arreglo con el pirateo, le diré que en pleno proceso de datos -vamos cuando estaba simulando que le seguía en su detallada clase-, se cayó la red -la neuronal de mi cerebro-.
Me permito, además, enlazarte una entrada pequeñita que sobre el tema hice hace ya algunos meses: http://diariosderayuela.blogspot.com/search?q=Moby.
Mucho ánimo y a curar esa lumbalgia, que si encima de analfabetos cibernéticos nos ven doblados son capaces de llevarnos al gerontológico de cabeza.
Un abrazo.
Hola pintor, siento que estéss enfermo. Yo, como la mayoría, también soy un poco torpe con los ordenadores, pero he llegado a la conclusión que si te alteras con los problemas informáticos es peor el resultado, así que procuro dejarlo para otro momento. Hace unos días volví a Blogolandia y mi blog había desaparecido. En su lugar salían unas frase rarísimas en lenguaje informático. Lo dejé y pensé hacer uno nuevo. Al día siguiente, los problemas técnicos habían desaparecido solos.
Espero que te recuperes pronto de la lumbalgia. Comprendo como te sientes, me he pasado las "vacaciones" de agosto cuidando a mi madre que estaba en la cama con una enfermedad parecida. Saludos.
Joder, joder, joder, qué gustazo de gente sois, coño, hoy no me da la gana de reprimir mi lenguaje, estoy harto de reprimir movimientos porque me duele; de reprimir exabruptos porque hay menores, de ser políticamente correcto porque uno no está solo... Gracias a todos, de verdad, por ser y por estar. A ver si arreglo por fin esta mierda y puedo volver al ritmo deseado. Ah, y un beso especial para Luna y Neves, a las que ya se echaba de menos.
Amart, soy tu sobrino G. :)
A cada uno la vida le ha amoldado las manos para hacer lo que a uno se le da bien hacer. No hay que fustigarse con tareas incompatibles con nosotros mismos, ¡Para eso somos tantos y tan diversos!, para poder hacer exactamente lo que nos motiva.
Tu dedícate al arte que es siempre lo que se te ha dado tan bien y si necesitas cualquier tontería técnica ya me tienes a mí
¡ Un abrazo !
Amart, tu sobrino G. te ha dado la respuesta acertada, a mi parecer, sobre lo que tan cabreado te tiene. En realidad, creo que el enfado es tan gordo por esa lumbalgia que tanto fastidia cuando aparece y de la que, ni siquiera los más versátiles artitas como vos, se libran. Sigue el consejo de tu sobrino, haz un poco de ejercicio para las lumbares y aprovecha la situación para darte al "dolce far niente".
Pd: te has ido ya de vacaciones (pregunta)
Deseo te encuentres mucho mejor de la lumbalgia.
Gracias por tus palabras y espero no correr el riesgo de que borres mi comentario al decir que también te he echado de menos al no poder leerte.
Saludos
Bueno, el chisme funciona, o sea el de las teclas. Paso importante, vive Dios, gracias G, por tu trabajo, tu paciencia conmigo y también por tu comentario. La bisagra no me deja aún recomponer con toda dignidad mi galanura innata (si me vais a dar collejas por la inmodestia, que no sea en los riñones, por favor), pero me va permitiendo lujos como ir del salón a la cocina en menos de diez minutos (y no vivo en el palacio real). Fuera bromas, gracias a todos. Bienvenido, anónimo, quienquiera que seas, y no, no me he ido de vacas. Ya vendrán tiempos mejores.
Muchas gracias por tu bienvenida y me alegro de esa mejoría. Espero que puedas irte unos días en septiembre, mes muy propicio para viajar o disfrutar del relax de la playa.
Saludos, Amart.
Por favor, por favor...
Espero no te de mucha risa, es fatal para la lumbalgia
No se lo que es una alcayata.
Saludos
Luna, no tienes corazón, en efecto, la risa es fatal para los males de la bisagra. Casi tanto como un estornudo. Una alcayata es un clavo en forma de ángulo recto, que se usa, entre otras cosas, para colgar cuadros. Estás invitada a mi estudio: te puedo enseñar cientos de ellas. Besos.
Muchas gracias...y muchas más por la invitación.
Me gusta la pintura, aunque no entiendo nada.
Si miras la página...arte la vieja guardia, hay algunos de mis amigos más queridos.
Corazón tengo poco, creo.
Saludos
P.D. la b12 duele mucho, muchísimo.
Interesante página, luna, no la conocía y está muy bien. Gracias.
Por cierto, una pregunta: ¿por qué cada vez que alguien dice "me gusta la pintura", casi siempre continúa diciendo "aunque no entiendo"? ¿Te gusta el chocolate? ¿Sí? ¿Conoces de dónde es originario, cómo debe cultivarse, cómo y cuando se recolecta, qué procesos de elaboración, refinado, etc., se siguen hasta que llega al carrito del súper? Yo no tengo ni idea. Y me encanta. Un beso.
Sí, me gusta el chocolate.
Cuando digo que no entiendo, es así, no se distinguir entre uno y otro tipo de pintura.Otra cosa es que me cautive unas más que otras...
Distingo mejor el chocolate con churros de otros tipo de chocolates...
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